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DEPORTES

4 de octubre de 2022

Corrió contra Senna y Schumacher, pero perdió la motivación, se retiró a los 32 años y hoy atiende su bar

Víctor Rubén Rosso compitió diez años en el exterior y vivió en Europa y Japón. Fundó un equipo en Inglaterra y fue jefe de otro en el TC 2000. Ahora disfruta de su local en Villa Carlos Paz. Su próximo negocio apunta a una peluquería canina

El emigrar detrás del sueño llamado Fórmula 1 implica muchos sacrificios en especial para los argentinos por los inconvenientes económicos que deben sortear. Víctor Rubén Rosso fue otro que se embarcó a Europa hace cuatro décadas, pero lo hizo con un grupo de amigos y fundó un equipo en Inglaterra que se llamó “Argentina Racing”. Allí se hizo amigo de Ayrton Senna y las vueltas de su carrera lo llevaron a Japón, donde se midió con un joven Michael Schumacher. Pero colgó el casco a los 32 años y pasó a ser jefe de equipo. Intenso y emprendedor inició otros negocios y se puso un bar temático de automovilismo que es su lugar en el mundo. Ahora va por una peluquería canina que afirma “será única en el país”.

“Vichin”, como se lo conoce, nació el 16 de octubre de 1960 en Marcos Juárez, Córdoba, y empezó a correr por iniciativa de su padre Heri “Kikki” Rosso, quien también corrió en los años 50 junto a su hermano Aldo. Debutó a los 17 años en el karting con a su hermano de la vida, el recordado Leonardo Monti, quien desde esa época le atendió sus máquinas. En 1980 fue campeón de la Fórmula Renault y al año siguiente partió a Inglaterra con Monti y otros amigos para armar la escudería argentina en la Fórmula 3 Británica.

Luego de un año de altibajos pasó a la Fórmula Ford 2.000 Británica, donde nació su relación con Senna que se mantuvo hasta pocos meses antes de la muerte del astro brasileño. Rosso fue ganador y hasta logró el título de la Fórmula Ford 2000 Alemana en 1985, pero más allá de los resultados se ganó un lugar en el Viejo Mundo y se convirtió en un embajador. Abrió puertas, encaró proyectos como la última apuesta internacional de Oreste Berta que fue su auto para la Fórmula 3 Alemana, organizó eventos y ayudó a otros argentinos en el exterior. También tuvo su equipo en el TC 2000 (Honda y Renault) y hoy también colabora en el TCR South América. En diálogo con Infobae repasa algunos fragmentos de su periplo por el mundo.

-¿Cómo hiciste para ganarle dos poles positions a Senna?

-Si vos estabas en la misma tanda que Ayrton era imposible sacarle la pole. Las dos veces que le hice la pole fue porque estábamos en tandas separadas en Mallory Park y no le di lugar revancha. La otra la hice en Brands Hatch donde hice la pole y él luego me empató el tiempo, pero como lo hice antes, me la dejaron a mí. Él vino al camión a pedirme la hoja de los tiempos porque no creía que había hecho el tiempo antes que él. Cuando lo vio se fue refunfuñando. Pero será que, por esas cosas de la vida, no me di cuenta, la hice en la primera vuelta, pero salí antes que él, por eso conseguí la pole. Si no había revancha le podía ganar, si había revancha era imposible. Senna siempre tenía un plus. Cosa terrible Ayrton. Yo corrí con muchos pilotos de F1 de alto nivel, pero Ayrton era imbatible. Yo sentía que a Schumacher le podía ganar, más allá de que era como un robot, pero sentía que le podía ganar, aunque era difícil ganarle. Pero a Senna nunca sentí que le podía ganar. Así y todo, ganándole, yo pensaba que era suerte. No sentía que le podía ganar a Senna. Esa era la diferencia que sentía con uno y con el otro.

-¿Cómo era tu trato con Senna?

-Lo había conocido en 1981 y vivíamos al lado. Era un pibe normal. Muy leal en la pista si vos le corrías de la misma forma. Ahora, si no eras así en carrera, él era muy rencoroso. Como yo era muy limpio nunca tuve problemas y generé una buena relación. Pienso que un piloto es en la vida como corre en la pista.

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