Ese mismo año, probó en el Open Nissan y no le fue nada mal. "En la segunda prueba en Valencia hice el récord del circuito y eso me abrió las puertas para estar en ese equipo y la categoría", comentó el arrecifeño a Infobae.

Otra vez en Europa y tras mudarse siendo menor de edad, Álvarez consiguió meterse en lo más alto del podio en la World Series Light, la división menor de la Word Series que es antesala de la Fórmula 1. Su carrera se catapultó y parecía que llegaría a la máxima categoría tras ganar nueve carreras en el año, siete de ellas de manera consecutiva y superando a Fernando Alonso que había logrado cinco.

Con solo 18 años, el argentino estaba viviendo un sueño, pero cuando el programa de jóvenes pilotos de Renault F1 vino a buscarlo para darle una beca su manager de aquel momento, Reinaldo Cozzani, dijo que no era el momento.

Al respecto, sostuvo que al no tener experiencia y confiando en su representante la posibilidad de la beca se dilató, algo que hoy se arrepiente. En 2004 llegó a la World Series con el equipo Gabord, el campeón del momento y aunque no logró grandes resultados lo ayudó para saltar a la denominada en ese momento como la GP2 (hoy Fórmula 2).

"Por una cuestión de miedos, nos dejamos llevar por una persona que estaba tomando decisiones no en base a lo mejor a mi carrera si no en base a lo mejor que él consideraba para su proyecto. Tampoco reniego porque todo lo que viví me permitió ser quien soy hoy. Si hoy tuviera que volver a ir a correr a Europa sabiendo cómo terminó la historia, lo volvería hacer. Estoy en paz en eso", admitió.

Otra vez las carreras no salieron como se esperaban. Sin embargo, compartió fines de semanas con la Fórmula 1 según explicó "cada 21 años tenía que ir a la fábrica de Ranault en Enstone a entrenar y medirme los parámetros físicos con el resto de los pilotos de F1 que en ese momento eran Fernado Alonso y Giancarlo Fisichella". Estar dentro de la estructura de la máxima categoría lo enriqueció de experiencias que duraron un año.

Su regreso a la Argentina fue en 2007 para competir y ganar en el Top Race y en el TC 2000. Sin embargo, considera el automovilismo un ambiente lleno de intereses, tratos y un sistema que no comparte, que lo cansaron y dejaron afuera de todo. Álvarez explicó: "Lo único es que hice toda mi trayectoria como mi viejo me enseñó y es que los valores no están en venta y no se negocian. Por eso fui así y me manejé así. Por eso creo que a la larga me dio réditos".

Por eso a fines de 2018, después de un intento de volver a Europa, dejó todo y se retiró a las 32. Fue buscado por María Eugenia Vidal para ser intendente de Arrecifes, propuesta que no aceptó al considerar que la política no era lo suyo, pero sí la música y a eso se dedica en la actualidad.

Al ser fanático de las fiestas electrónicas, se hizo amigo de reconocidos artistas como Boris Brejcha, Mariano Mellino y Esteban Bilbao, quienes lo impulsaron en el ambiente y le enseñaron lo necesario. 

Su vida cambió por completo durante la pandemia del Coronavirus cuando el 21 de octubre fue diagnosticado con cáncer de colon. En un chequeo le encontraron el tumor y estuvo un año y medio entre quimioterapias, rayos y demás tratamientos para curarse. Ya recuperado, rescata de la enfermedad "cómo re reordena las prioridades, cómo te trae de vuelta a lo importante. Te baja de esa nube que uno tiene en el día a día llevando la vorágine del laburo y te das cuenta de lo frágil que es la vida porque cada día que uno tiene es un regalo".

Ahora, abocado a la empresa que era de su padre y la consola en fiestas electrónicas, disfruta de su familia y desea acercarse a jóvenes pilotos como Franco Colapinto para ayudarlos en el deporte, que no cometan los mismos errores que él.

Fuente: TyC Sports